Carta


Hola. Te habrás dado cuenta que la vida nada tiene que ver con la ficción (no tanto en el contenido, sino más bien en la forma). No vivimos de principio a fin leyendo nuestras pasiones de izquierda a derecha. No empezamos por la secuencia 1 y terminamos por la 16. La vida no es camino, ni se hace camino al andar, pues la mayoría de gente vive reptando, dando saltitos o haciendo la croqueta. Así se hace el puto camino, a cachos pegados en un collage sin demasiado sentido.

Así es como yo lo percibo. Por eso no tienes que preocuparte por esta carta; no decidas si es importante o no para ti. Para mi sólo es otro garabato y ya no espero que acabe significando algo. Me apetecía escribirte y te he escrito. Punto.

Enfádate conmigo o no lo hagas, pero acepta un consejo: vive impulsivamente el máximo de tiempo que puedas, porque es la única manera de ser libre. Y no pierdas tiempo haciéndote preguntas sin respuesta como “¿por qué me escribes una carta con semejante caligrafía pudiendo teclear un mail?”

Y ya está. No me apetece escribir más. Solo una última cosa: necesito que me quieras, que me ames, necesito que te enamores de mi como si tuviéramos 15 años y tu sintieras que desaparecerías sin mi. Es imprescindible que me sienta indispensable, y necesito dejar de querer tanto, pero que me quieran más.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pobre gorda

La gens increïble història dels bons marmolets i els malvats fatxendes