R.I.P.


¡Extra, extra! ¡Las excusas y los remilgos tienen las horas contadas! Ya no hay espacio para 'no pude avisarte', 'estoy muy liada' o 'pensé en ti pero'. Ahora es imposible hacerse el longuis, y cuando algunos insisten en intentarlo, son patéticos.

Evolucionemos, sin más peros ni es ques. Dejemos de intentar quedar bien, hace tiempo que el protocolo pasó de moda. Comunicarse es gratis, y ser anónimo, imposible. El mundo está lleno de desinteresantes e interesados, y pretendo evitar a ambos: tomemos un momento para reflexionar en qué o quién nos gusta, otro momento más para asumirlo y otro último para actuar en consecuencia.

¿Qué es actuar en consecuencia?, oigo que preguntáis ávidamente en coro. No temáis pequeños, os lo explico. ¿Os acordáis de esas situaciones en las que te encontrabas a alguien por la calle y bajabas lentamente la mirada para evitar un saludo? Olvidémoslo. ¡A la mierda las indirectas! Esa persona conoce tu detestabilidad para con ella porque la tienes en Facebook y no le felicitas el cumpleaños; o porque te envió un whatsapp que sabe que llegó y tú no respondiste. Y eso si que duele. Así que no te esfuerces en esquivar disimuladamente: acércate como si fueras a saludarle efusivamente, y cuando abra la boca para decir 'hola', con los ojos vidriosos por la emoción de salir por fin de tu foco de invisibilidad, haz puntería y escúpele dentro. Sin chorradas.

Un buen trozo de moco verde ajeno en la boca nunca va a ser tan humillante como tu silencio digital. Por favor, que estamos curados de espanto.

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