Whatsapp, crisis y cacas de perro



Hay una estrecha relación entre estos tres conceptos, y es: durante la crisis he enviado muchos Whatsapps con imágenes de cacas de perro.

Y hecha esta broma, me pongo seria. Lo que viene a continuación puede parecer conspiranoico, pero os aseguro que es la pura verdad.

Preocupado por el inminente incremento de contusiones cerebrales y, por tanto, por el gasto sanitario que esto supondría, nuestro gobierno se puso manos a la obra. El momento en que resultó evidente que la presencia de smartphones era imparable llegó, con la segunda obviedad de que una mayoría de personas se convertirían en un apéndice de su teclado. Tanto es así que la presencia de mierdas caninas en las aceras dejaba de ser algo simplemente asqueroso para convertirse también en algo peligroso (mirada fija en el móvil+caca de perro=resbalón y contusión).

Advirtiendo esta trágica problemática, alguien listo y con poder montó una fábrica de bolsitas para cacas con la mano derecha, mientras que con la izquierda aprobaba 'unas multillas' para aquellos que no recogieran los excrementos de sus mascotas. Y se quedaron tan anchos, los cortos de miras estos.

Pues, como es evidente, lejos de evitar la crisis estas acciones la precipitaron. No fue la fortuna de uno si no la fortuna de un país entero la que empeoró como nunca. Sin mierdas donde alojarse, la suerte se mudó a países más permisivos, menos cívicos y con más sentido del humor.

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